La presente entrada a este blog surgió de la inquietud, como es usual, de conocer el porqué de las cosas.
Me encontraba leyendo despreocupadamente un artículo referente a la eyaculación femenina, cuando entre los comentarios, en la parte inferior de la página apareció uno preguntando si todas las mujeres podían eyacular como algunas actrices pornográficas... es decir, a chorros. No faltó quien respondiera al comentario aludiendo a la falsedad del cine XXX, ya que "algunas actrices se introducen fuera de cámaras una generosa cantidad de agua por la vagina, para magnificar el efecto de 'eyaculación' una vez que se presentan las contracciones derivadas de la estimulación del punto G... además -continuaba- una cantidad de fluidos en esas proporciones es anómalo y podría deberse a una infección por candida o monilia".
No podría asegurar que candida fuera una causa de dicho padecimiento, pues no soy ginecoólogo, pero si algo sabía era que Candida albicans es una levadura que forma parte de la flora normal del tracto gastrointestinal, sin embargo bajo ciertas circunstancias podía originar infecciones vaginales (sobre todo en individuos inmunocomprometidos). C. albicans pertenece a la familia Saccharomycetaceae, misma familia a la que pertenecen otros géneros de levaduras como Pichia (una levadura que descompone los alimentos), Kluyveromyces (usada en producción de enzimas) y Saccharomyces, de importancia en la industria alimentaria. De este último género destacan las populares Saccharomyces cerevisiae y S. ovarum, empleadas en la elaboración de cerveza. Otra levadura utilizada en las fermentaciones alcohólicas es S. carlbergensis ahora renombrada como S. pastorianus en honor a Louis Pasteur uno de los padres de la microbiología... pero ¿por qué carlbergensis?
La historia se remonta al siglo XIX. Emil Christian Hansen (1842 - 1909) un micólogo danés que trabajaba en la industria cervecera, descubrió en 1883 a esta levadura y le fue asignada la especie carlbergensis debido a que el nombre de la empresa para la cual trabajaba era Carlsberg Group, la cual fue fundada en 1847 y sigue en operaciones. Bueno y ¿por qué Carlsberg? Jacob Christian Jacobsen, fundador de la empresa, le dio ese nombre en honor a su hijo y co-fundador de la empresa, Carl Christian Hillman Jacobsen (me pregunto si todos los daneses se llamarán Christian).
Carl Jacobsen fue además de empresario de la cerveza un filántropo y coleccionista de arte. Y fue el quien financió la famosa escultura de bronce "La Sirenita" ( Edvard Eriksen, 1913) uno de los atractivos turísticos de Copenhage, la capital de Dinamarca. La estatua, situada en una roca junto al mar está inspirada en el cuento de Hans Christian Andersen (sí otro Christian) de 1837. Carl Jacobsen pudo contemplar su encargo durante sólo un año, pues falleció en 1914.
La primera adaptación al cine fue en 1975 por Toei Animations (Japón) y posteriormente en 1989 por Walt Disney Pictures (Estados Unidos), si bien la primera versión ha sido aclamada por su fidelidad al cuento original, la segunda tuvo más popularidad, sin embargo la diferencia del final de la Sirenita de Disney con el de Andersen es notable: Mientras que en el cuento original la sirenita se arroja al mar por su amor no correspondido y se convierte en espuma de mar, la sirenita de Disney presenta el clásico final feliz de las producciones de la casa, donde el amor triunfa sobre todas la adversidades.
Como curiosidad la misma posición de la sirenita en la estatua de Eriksen es adoptada por Ariel en una escena de la película de 1989.
Hasta aquí la nota, y hablando de Disney, en próximas entradas, la verdadera y triste historia de Christopher Robin y Winnie Pooh. Hasta la próxima.
Me encontraba leyendo despreocupadamente un artículo referente a la eyaculación femenina, cuando entre los comentarios, en la parte inferior de la página apareció uno preguntando si todas las mujeres podían eyacular como algunas actrices pornográficas... es decir, a chorros. No faltó quien respondiera al comentario aludiendo a la falsedad del cine XXX, ya que "algunas actrices se introducen fuera de cámaras una generosa cantidad de agua por la vagina, para magnificar el efecto de 'eyaculación' una vez que se presentan las contracciones derivadas de la estimulación del punto G... además -continuaba- una cantidad de fluidos en esas proporciones es anómalo y podría deberse a una infección por candida o monilia".
No podría asegurar que candida fuera una causa de dicho padecimiento, pues no soy ginecoólogo, pero si algo sabía era que Candida albicans es una levadura que forma parte de la flora normal del tracto gastrointestinal, sin embargo bajo ciertas circunstancias podía originar infecciones vaginales (sobre todo en individuos inmunocomprometidos). C. albicans pertenece a la familia Saccharomycetaceae, misma familia a la que pertenecen otros géneros de levaduras como Pichia (una levadura que descompone los alimentos), Kluyveromyces (usada en producción de enzimas) y Saccharomyces, de importancia en la industria alimentaria. De este último género destacan las populares Saccharomyces cerevisiae y S. ovarum, empleadas en la elaboración de cerveza. Otra levadura utilizada en las fermentaciones alcohólicas es S. carlbergensis ahora renombrada como S. pastorianus en honor a Louis Pasteur uno de los padres de la microbiología... pero ¿por qué carlbergensis?
E. C. Hansen |
Carl Jacobsen |
La primera adaptación al cine fue en 1975 por Toei Animations (Japón) y posteriormente en 1989 por Walt Disney Pictures (Estados Unidos), si bien la primera versión ha sido aclamada por su fidelidad al cuento original, la segunda tuvo más popularidad, sin embargo la diferencia del final de la Sirenita de Disney con el de Andersen es notable: Mientras que en el cuento original la sirenita se arroja al mar por su amor no correspondido y se convierte en espuma de mar, la sirenita de Disney presenta el clásico final feliz de las producciones de la casa, donde el amor triunfa sobre todas la adversidades.
Como curiosidad la misma posición de la sirenita en la estatua de Eriksen es adoptada por Ariel en una escena de la película de 1989.
Hasta aquí la nota, y hablando de Disney, en próximas entradas, la verdadera y triste historia de Christopher Robin y Winnie Pooh. Hasta la próxima.